jueves, 24 de enero de 2013


Kenosis.
La palabra kenosis corresponde a un término griego que significa "vaciamiento". Es una enseñanza concerniente a la encarnación de Jesús que intenta resolver algunas paradojas que se plantean por la existencia de las naturalezas divina y humana en Jesús. Por ejemplo, "cómo puede un Dios omnisciente tornarse un bebé? O "cómo puede Dios ser tentado a pecar? Según la enseñanza de la kenosis, cuando Dios se encarnó se privó voluntariamente a Sí mismo de algunos de Sus atributos divinos, se "vació" de ellos (de aquí el nombre). En cierto sentido, pretende resolver el problema enseñando que en la encarnación, tenemos a "Dios menos algo", privándose de algunos atributos para poder llegar a ser un hombre; por otra parte, la doctrina ortodoxa de la Unión hipostática enseña que allí tenemos a "Dios más algo", es decir, añadiendo una naturaleza humana sin quitarse nada de la divina. La kenosis , pues, rebaja el hecho de la verdadera encarnación al arrojar dudas sobre la completa presencia de la plenitud de Dios habitando en la persona de Jesús, en medio de los hombres. Compare con Unión  hipostática.
Es un término técnico que designa la unión de las dos naturalezas, divina y humana, en la persona de Jesús. Cristo es Dios en la carne (Juan 1:1,14; Col. 2:9; Juan 8:58; 10:30-34; Heb. 1:8). El es plenamente Dios y plenamente hombre (Col. 2:9); así, tiene dos naturalezas, la de Dios y la humana. Decididamente, no es "mitad Dios, mitad hombre". Nunca perdió su divinidad, ni hubiese podido hacerlo. Continuó existiendo como Dios cuando se encarnó y agregó la naturaleza humana a Su eterna naturaleza divina (Fil. 2:5-11). Consecuentemente, en Jesucristo está la "unión, en una sola persona, de una plena naturaleza humana y una plena naturaleza divina".
Ahora mismo, en el cielo hay un hombre, Jesús, quien es nuestro Mediador entre el Padre y nosotros (1 Tim. 2:5) y nuestro Abogado ante el Padre (1 Juan 2:1). Para información relacionada sobre Jesús y Sus dos naturalezas vea también Encarnación; sobre los errores concernientes a sus dos naturalezas, vea Eutiquianismo, Monofisismo, y Nestorianismo.

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